sábado, 13 de marzo de 2010

Incongruencia




Incongruencia del amor
que hiere y salpica
sustancias degradantes
desde la boca del instinto.
Repele la razón ese vocablo verdinegro
que enloda la dulzura
hasta apagarla.
Hace un rato
tu lengua y la mía
formaban círculos deliciosos
en medio del aliento.
Ahora , la distancia,
el vacío,
más opresión
en medio de ese recinto
llamado corazón.

Elsa Tébere

jueves, 11 de marzo de 2010

Arroz con leche




Las voces puras en medio de la tarde,
el aroma a malvones invadiendo la ronda
y ese arroz con leche brotando de los labios
junto al paraíso que acunaba sombras.

"...que sepa tejer, que sepa bordar,
que sepa abrir la puerta, para ir a jugar"

Éramos un círculo ondeando en ilusiones,
manitas cálidas de amistad sincera,
mientras las madres miraban cuidadosas
a sus tesoros junto a la vereda.

"...que sepa tejer que sepa bordar,
que sepa abrir la puerta, para ir a jugar"

Arroz con leche en las sonrisas plenas
en esa infantil algarabía,
y en la cocina humeante de canela
en donde la pobreza sucumbía.

Un pan tostado perfumando el alma
y la dulce mermelada de ciruelas
y esa ronda que también se acollaraba
con la vida en el patio de la escuela.

y la puerta se abrió y nuestros pasos
pisaron el futuro aunque era incierto,
porque la ilusión nos empujaba
para ir arribando a cada puerto.

Y supe tejer...escarpines celestes
y supe bordar...en rococó las lunas
y en la mirada inocente de mis hijos
la vida me entregaba ¡una fortuna!

Elsa Tébere

miércoles, 3 de marzo de 2010

La casa




Esa ventana abierta ante el naranjo
perfumado de azahares y silencios...
Los ojos fijos en el cielo
de piedras preciosas que latían con mi aliento.
Juventud aspirando de la vida el suspenso.
Sonidos de grillos serruchando sueños,
en campanitas sutiles,repitiendo
el monótono cric cric de aquel momento.
Un reloj que sonaba a la hora en que el gallo
atronaba la mañana y despertaba el huerto:
canteros de lechugas frescas y cebollas bajo la tierra
hechas de ardor y de sustento.
Venía desde el patio,un aroma a limonero
y esas brevas a punto de estallar
dejaban su morado beso.
Las "viuditas" endulzaban el aire
y las moras dejaban su delicia por el suelo.
Frescas "ciñas" de multicolor belleza
ornaban los canteros
y una que otra violeta
sacudía entre las redondas hojas
su elixir mañanero.
Mamá iba y venía por la casa
¡que voló en el tiempo!.

Elsa Tébere